Regiones y Carnaval

Las Regiones y su Carnaval

En todo el país se celebra el carnaval, sea del tipo “de carnestolendas” o del tipo “cimarrón“, presentándose variaciones regionales. Algunos de estos carnavales son los de:


Azua

El Carnaval de la ciudad de Azua de Compostela es uno de los más antiguos del país; se celebra, además del período de carnestolendas, para sus fiestas patronales en honor a Nuestra Señora de los Remedios (8 de septiembre). Igualmente se celebra para el 19 de marzo, en conmemoración de la Batalla del 19 de Marzo de 1844, mezclando así lo festivo con lo patriótico, común en el país.

Además de los “Diablos Cojuelos” y otros personajes propios del Carnaval, se acostumbra realizar el Baile de los Enmascarados, conocido en otras partes como “Baile de las cintas”.

Otra característica del carnaval azuano es la representación teatralizada de temas indígenas.

El Baile de las Cintas

Consiste en trenzar cintas alrededor de un mástil. El trenzado (y destrenzado) es realizado por un grupo (12-14) de personas mientras danzan alrededor del mástil. Aunque en algunos casos, hombres y mujeres componen el grupo, es frecuente que solamente sean hombres, la mitad de los cuales se disfrazan de mujeres (razón por la que en Azua se llama Baile de los Enmascarados). En Jimaní, este baile se realiza para el Día de la Madre y solamente intervienen mujeres.

Es un baile típicamente europeo, aunque en Europa es una danza de fertilidad que se baila en ambientes rurales en tiempos asociados con el inicio de la primavera o con la cosecha. En la República Dominicana se ha perdido toda asociación con la fertilidad y se ha convertido en una baile urbano que se ejecuta durante el Carnaval y fiestas patrias y patronales.

Cabral

Cachúas

Los Cachúas, llamados así por tener “cachos” (cuernos) en la careta, son unos Diablos Cojuelos que se representan en el Suroeste, incluyendo Barahona, Duvergé, Neiba y hasta en Pedernales. Pero donde tienen más importancia y presentan una mayor elaboración es en Cabral.

Aunque pueden haber durante las fiestas patrias, los Cachúas salen durante la Semana Santa, especialmente alrededor del Domingo de Resurrección. En Neiba acostumbraban salir el día de San Bartolomé (24 de agosto).

Las Cachúas, con un mameluco coloreado y alas de murciélago, tienen una de las máscaras más hermosas del país sin pintura, en base a papel multicolor de vejiga y crepé, donde sobresale una enorme cabellera hecha de papel crepé de diversos colores. Usan espejitos en las capas y algunos llevan campanas en las cinturas y otros en las manos. Llevan un “fuete” (foete) en la mano. Algunos usan una máscara simple de tela.

Aquellos que no se disfrazan, pero que sí participan en el Carnaval, se les llama civiles y se enfrentan con los cachúas con sus fuetes.

En Cabral, los “Cachúas” salen el Sábado Santo (Sábado de Gloria) y se van a los campos en la mañana y regresan el mismo día en la tarde; repiten lo mismo el Domingo (Domingo de Resurrección). El lunes siguiente hacen lo mismo pero pidiendo, de casa en casa, dinero, plátanos, víveres o lo que tengan; regresan al pueblo y entonces se reunen todos los Diablos en el pueblo abajo (a veces más de 500) y comienza la ceremonia.

Hacen un gran círculo y el jefe de ellos les ordena repicar (“puntiar”) los fuetes y pasan un tiempo “puntiando”. Entoces van a pasear por el pueblo con un conjunto de acordeón, balsié, güiro y pandero y bailan por las calles. Cuando consideran que han bailado suficiente, hacen un Judas (Júa) de hojas de plátano, lo montan en un burro y con los fuetes lo guían por todo el pueblo mientras continúan bailando. Luego queman el Judas.

Finalmente todos los Diablos se dirigen al cementerio a rendirle tributo a los compañeros muertos, al tiempo que repican los fuetes e improvisan poesías. Entonces se dispersan, hasta el año próximo.


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