Región de Los Haitises
Esta región se extiende entre la sierra de Yamasá y la cordillera oriental -de las que parece complementaria-, desde cerca de Cotuí hasta Sabana de la Mar (80 km). Limita al norte con el Valle del Yuna, a partir de su confluencia con el río Camú, y la bahía de Samaná.
Constituyen una extensa plataforma cársica (1600 km2), teniendo sus elevaciones máximas a 200-250 msnm. Es el resultado de la fuerte erosión de las calizas duras del Oligoceno y Mioceno, debido a las abundantes lluvias de la zona (2000 mm) y a las aguas del mar.
Tiene una topografía cársica escabrosa y peneplenizada muy peculiar, que la hacen casi impenetrable. Sus “cientos de cerros, cavidades y sumideros” parecen una serie ele colinas que se elevan independientemente unas de otras, si bien todas ellas son de poca altitud, en general. Colinas que presentan paredes verticales, que muestran la caliza porosa de que están formadas, sobre lodo donde hubo deforestación.
La topografía cársica es típica de las regiones calizas. Sus rocas casi impermeables al agua pura se disuelven ante la acidez de las aguas naturales. Forman así sumideros por los que penetra rápidamente el agua de la lluvia, impidiendo la formación de ríos superficiales. Así como cavernas con numerosas estalactitas y estalagmitas. En algunas zonas las veredas siguen en parte el curso de ríos subterráneos, marcados por cadenas de profundos hoyos o sumideros conectados por desfiladeros bajos.
En general predomina el carso tropical maduro en su estructura fisiográfica. No obstante hay un llano ondulado con erosión cársica, topográficamente más bajo “cerca de Sabana Grande de Boyá”. Así como un estrecho valle aluvial formado por el río Payabo, que cruza la región de sur a norte. Ambas zonas son de las más accesibles de la región.
La REGION contiene ricos recursos de aguas subterráneas, dada su gran extensión y sus lluvias abundantes pero en conjunto su valor agrícola es mínimo. Aunque hay una agricultura de subsistencia en las partes más accesibles, en los suelos de las depresiones que separan a las elevaciones.
Los mejores suelos son los aluviales del río Payabo, que tienen una alta potencialidad agrícola. Y los de la asociación Jalonga-Consuelo”, que son quizás los de mayor fertilidad inherente de la región, y pueden admitir diversos cultivos.
Otras zonas cársicas importantes del país son las de la Sierra de Bahoruco, al sur de Sosúa y la Península de Samaná.
Adaptado del libro Geografía Dominicana de Santiago de la Fuente sj. 1976.
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