Guerra Domínico-Haitiana IV

Tercera Campaña

Adaptado de Frank Moya Pons, 1977. Manual de Historia Dominicana [1]


El Presidente de Haití había muerto el 27 de febrero de 1846 y entonces subió al poder en Port-au-Prince un oscuro oficial, nacido en Africa y analfabeto, que fue electo por los políticos haitianos pensando que iban a gobernar el país a través de él. El nombre de este general era Faustino Soulouque. Durante los primeros dos años de su gobierno fueron tantas las conspiraciones y dificultades que tuvo que enfrentar para mantenerse en el poder, que los dominicanos pudieron respirar tranquilos y dedicarse a organizar el país. Pero en 1848 cuando Francia finalmente reconoció a la República Dominicana como Estado libre e independiente, mediante la firma provisional de un tratado de paz, amistad, comercio y navegación, los haitianos inmediatamente reaccionaron y protestaron diciendo que este tratado era atentatorio contra su propia seguridad pues sospechaban que Francia había recibido el derecho de ocupación de la Bahía de Samaná. Además, dijeron los haitianos, si Francia reconocía la independencia dominicana, entonces ellos no tendrían posibilidades de re-ocupar de nuevo la parte del Este de la Isla y sacar el dinero y los recursos que necesitaban para pagar la deuda que habían contraído con Francia en 1825, a cambio del reconocimiento de su propia independencia.

Soulouque decidió invadir antes de que el Tratado fuera ratificado por el gobierno francés, y ya el 9 de marzo de 1849 un ejército de 15,000 hombres cruzaba las fronteras dividido en varios cuerpos comandados por los más importantes jefes militares haitianos. En una marcha arrolladora los haitianos se fueron apoderando, uno tras otro, de todos los pueblos fronterizos por el sur del país y en pocos días Soulouque llegó a San Juan de la Maguana, donde estableció su cuartel general. Las guerrillas dominicanas pudieron hacer muy poco para detenerlo a pesar de la insistencia con que hostilizaron a los haitianos. Cuando Soulouque se movió hacia Azua, los comandantes dominicanos evacuaron la ciudad el día 7 de abril y fueron a parapetarse a las lomas de El Número en donde reorganizaron nuevamente sus tropas y dispusieron sus guerrillas para emboscar a los haitianos.

El día 17 de abril los haitianos fueron hostigados por las tropas de Duvergé en El Número, pero esta acción de los dominicanos no pudo ser mantenida y Duvergé se vio obligado a retirarse a Sabana Buey. Los haitianos, entonces, se prepararon para la batalla decisiva con el grueso del Ejército Dominicano, que comandaba el General Pedro Santana, quien los esperaba en el cruce del Río Ocoa, en el sitio llamado Las Carreras. El día 21 de abril los dos ejércitos estaban ya colocados a uno y otro lado del río y las operaciones fueron sucedidas por un violento y sangriento encuentro que obligó a Soulouque a retirarse con su ejército después de sufrir una aplastante derrota por las tropas de Pedro Santana. En su huida a Haití, Soulouque saqueó y quemó los pueblos de Azua y San Juan y todos los demás poblados dominicanos que encontró a su paso.

Soulouque fue derrotado en la campaña de 1849, pero la debilidad y la falta de energía con que el Presidente Jimenes dirigió los operativos militares creó una profunda desconfianza en el Congreso en abril de 1849, cuando los haitianos avanzaban arrolladoramente hacia la Capital a lo largo de todas las poblaciones del Sur. Los congresistas perdieron la fe en la capacidad militar de Jimenes y olvidando los antiguos agravios, llamaron nuevamente al General Santana para que se pusiera al frente del Ejército y fuera a ayudar a los generales Duvergé y Alfau, quienes se encontraban en la loma de El Número en Sabana Buey esperando el ataque decisivo de los haitianos. Jimenes trató de impedir que Santana volviera a tener el mando efectivo del Ejército pero el Congreso se le impuso, y como Santana resultó triunfador en la Batalla de las Carreras en abril de 1849, recobró nuevamente su prestigio político.


Referencias

  1. Frank Moya Pons. 1977. Manual de Historia Dominicana. Universidad Católica Madre y Maestra. Santiago, República Dominicana.

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