Guerra Domínico-Haitiana III

Segunda Campaña

Adaptado de Frank Moya Pons, 1977. Manual de Historia Dominicana [1]


El sucesor de Hérard, Philipe Guerrier, estuvo en el poder en Haití apenas un año, hasta su muerte acaecida en abril de 1845. Entonces fue sucedido por el General Jean Louis Pierrot, el anciano oficial que había perdido en Santiago la batalla del 30 de marzo de 1844 y quien tenía la idea fija de vengarse de los dominicanos por la derrota sufrida el año anterior. Por eso, el día 10 de mayo de 1845, Pierrot lanzó una proclama llamando a la unión con Haití a los dominicanos, diciendo que “yo no renunciaré jamás a la indivisibilidad del territorio haitiano”. Inmediatamente organizó su ejército y lo lanzó nuevamente contra los dominicanos. Esta segunda campaña militar tomó a los dominicanos mucho mejor preparados que el año anterior y la resistencia a esta nueva invasión haitiana se realizó con gran éxito.

El avance haitiano fue detenido en las fronteras del norte y del sur, donde se libraron numerosos combates que mantuvieron a los generales Antonio Duvergué y José Joaquín Puello en continua actividad durante todo el resto del año, 1845. Los haitianos apenas pudieron llegar, por la ruta sur, hasta Las Matas de Farfán, de donde fueron desalojados en poco tiempo cuando fueron derrotados el 17 de septiembre de ese año en la formidable batalla librada en el sitio de La Estrelleta, retirándose a su país y dejando la región sur en paz.

Al mes siguiente, el día 27 de octubre, los dominicanos desalojaron a los haitianos del fuerte de la Sabana de Beler (cerca del pueblo de Dajabón), llamado por los haitianos el “Invencible”, en la otra gran batalla de esta campaña, dejando libre la frontera del norte de la amenaza extranjera. El comandante dominicano que dirigió nuestras fuerzas en la batalla de Beler se llamaba Francisco Antonio Salcedo.

Como la invasión por tierra había fracasado, los haitianos trataron de invadir por mar en diciembre de 1845, pero la escuadra que enviaron fue mal piloteada y al acercarse a las costas de Puerto Plata sus naves quedaron varadas y naufragaron cayendo todos los expedicionarios prisioneros en manos dominicanas el 21 de diciembre. Con estas derrotas, el ejército dominicano libró por segunda vez a la República Dominicana de ser sometida por los haitianos. El General Pierrot, por su parte, quiso contraatacar y anunció una nueva campaña el 1 de enero de 1846, pero sus oficiales y soldados, cansados de ocho meses de lucha estéril, acogieron con frialdad aquel nuevo llamamiento. De manera que al mes siguiente, en febrero, cuando Pierrot ordenó a sus tropas marchar sobre la República Dominicana, el ejército haitiano se amotinó y los soldados proclamaron su destitución como Presidente de Haití. La guerra contra los dominicanos se había hecho muy impopular en Haití, y por eso el nuevo Presidente, el General Riché, no estuvo interesado en invadir de nuevo. Aunque lo hubiera querido no habría podido hacerlo pues tras la caída de Pierrot se produjo un levantamiento revolucionario campesino y nuevamente estalló la guerra civil que mantuvo a los haitianos ocupados en sus propios problemas durante bastante tiempo.


Referencias

  1. Frank Moya Pons. 1977. Manual de Historia Dominicana. Universidad Católica Madre y Maestra. Santiago, República Dominicana.

Regresar al índice de Historia