Los Palos o Atabales
Los Palos, o Atabales, son tres tambores típicos dominicanos que se utilizan para amenizar el “baile de los palos”, especie de danza ceremonial en las celebraciones reJigiosas que se celebra en distintos lugares de la República, patrocinada por cofradías religiosas en las festividades de los Santos Patronos.. Es un baile importado por los esclavos negros traídos de África.
La tradicional costumbre se siguió en La Vega, San Francisco de Macorís, Cotuí, en toda la región Sur y en una gran parte de nuestros pueblos, pero en la ciudad de Santa Cruz del Seybo, es donde se mantiene aún hoy día con más pompa y esplendor. Se celebran estos bailes de los palos en ocasión de las fiestas patronales de la Santísima Cruz, en las que se hacen derroches de entusiasmo bajo el estímulo de la Hermandad de Fervorosos de la Santísima Cruz, asociación integrada por damas y caballeros de la población, elementos campesinos, personas de San Pedro de Macorís y de otros lugares del país. En otras poblaciones de la provincia del Seybo, también amenizan sus alegrías con et baile de los palos.
Los instrumentos
Los palos o atabales son instrumentos de madera. Constan de un tronco de árbol hueco que tiene en un extremo un parche de piel de res, fijado por aros de madera que se templan con una soga de pita. Se tocan con las manos y en una posición inclinada, a fin de· que el sonido salga por el extremo de abajo.
Son tres los palos que forman este primitivo conjunto rítmico: El palo mas grande mide unos 5 pies de alto y de más de un pie de diámetro, se llama “palo mayor” o “palo grande”. El segundo mas pequeño, “palo mediano” o “adulón” y el tercero, que es el mas pequeño, “alcahuete”. Por lo tanto cada uno tiene su timbre caracteristico.
Completa· el grupo instrumental, la güira, que se hace de un higüero alargado, o bangaño vacío con rayas transversales y un agujero en la parte más ancha y se toca rasgando las estrías con un palito de madera
dura, o con una varilla de metal. Los cantadores entonan coplas que aprendieron de· sus abuelos, casi siempre con motivos religiosos, aunque a veces aluden a las pasiones humanas. Y es impresionante oír cómo armonizan estas voces con el rumor profundo del palo prande, matizadas con las sonoridades del alcahuete y el adulón, en armonía agradable con el rasguear de la güira, que va enlazando los diversos sonidos de los demás instrumentos y las voces.
El baile
El baile de los palos o atabales es gracioso y sugestivo. Las parejas bailan sueltas: el hombre
frente de la mujer hace un movimiento de avance, ella retrocede y da vueltas y contravueltas, el bailador la persigue como en actitud de conquista, ambos giran, uno en derredor del otro alternativamente, los pies se mueven en perfecto ajuste con el ritmo de los atabales. el cuerpo del bailador se mantiene erguido, mientras la mujer mueve la cabeza hacia un lado y hacia otro con coquetería, ambos para terminar la danza vuelven con agilidad y soltura a la primera posición.
Son las campesinas, ya ancianas y las residentes en los alrededores de las ciudades, tal vez de origen campesino, las que con mayor garbo acompañan a los viejos bailadores de esta danza, gracias a ellos podemos todavía disfrutar de estos tesoros que constituyen en sí, una parte preciosa de la historia de nuestra cultura.
Demostración del canto de Palos o Atabales
Demonstración del baile de Palos
“Al Son de los Atabales” por Rafael Ignacio (1897-1984) por la Orquesta Sinfónica ADCA.
Fuente:
- Julio Alberto Hernández. 1964. Música folklórica y popular de la República Dominicana. Secretaría Estado de Educación y Bellas Artes. Sto. Dgo.
- Julio Alberto Hernández. 1969. Musica tradicional dominicana. República Dominicana: J.D. Postigo.
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