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La piña
Ananas comosus (L.) Merr.

Clasificación científica
ReinoPlantae
DivisiónTracheophyta 
ClaseMagnoliopsida
OrdenPoales 
FamiliaBromeliaceae
GéneroAnanas
EspecieAnanas comosus (L.) Merr.
Fuente: Integrated Taxonomic Information System

Por Ana Marchena (2022)


Piña
Foto de la autora

Por error garrafal la llamamos piña. Su verdadero nombre quedó atrás en la salvaje confusión que fue la conquista de América. Se llama Ananas, que en lengua guaraní significa fruto exquisito/perfumado.

Descripción

Aunque la mayoría de las bromeliáceas son epifitas (plantas que crecen sobre otras plantas), la Ananas comosus, es una planta terrestre con las hojas de márgenes espinados y ligeramente cóncavas, para conducir el agua de lluvia hacia la roseta. El tallo, rojizo, se hace visible alrededor de los tres años. De las axilas foliares aparecen pequeños retoños que los cultivadores cortan para la reproducción, aunque si se dejan pueden producir más frutos.

Del tallo brotan inflorescencias en forma de espiga, con el tallo engrosado, formadas por varias docenas de flores de color violáceo que aparecen al final de las brácteas. Las flores son hermafroditas, sésiles, con brácteas. El período de floración se extiende por un mes o más. La polinización está a cargo de los laboriosos colibríes. Las plantas actualmente cultivadas son autoestériles, un rasgo seleccionado por los criadores para favorecer la reproducción vegetativa.

El fruto es una pequeña baya, que se fusiona tempranamente con las otras bayas de la infrutescencia, grande y de forma ovoide; así que al comer piña, estamos comiendo un conjunto de piñitas agregadas. El corazón es más fibroso, las paredes del ovario, la base de la bráctea y los sépalos se transforman en una pulpa amarilla, apenas fibrosa que es muy aromática. Más hacia el interior, las celdas del ovario contienen las semilla en el raro caso de fertilización.

Origen, cultivación y distribución

Una de las pruebas del origen americano de esta fruta la podemos encontrar en su nombre científico el cual deriva de ananás/nana que significa con gran olor, muy perfumado (palabra de origen tupi, arawak y Carib). Actualmente, la fruta es conocida como piña (nombre acuñado por los españoles debido al parecido que tiene con los estróbilos de las coníferas). El nombre de ananá es adaptado al español en el año 1578 e introducido posteriormente en el diccionario de Corominas. Para el año 1832, el Diccionario de la entonces Academia de la Lengua, todavía no Real, hace una descripción del ananá sin decir su procedencia.

Como lo señalan Crestani et al. (2010)1, la domesticación de esta planta ocurrió mucho antes de la llegada de los europeos a América, quienes la hicieron famosa a nivel mundial. Podemos mencionar dos vías de distribución; la primera de ellas se dio entre los propios pueblos originarios del continente americano (en primera instancia por las tribus tupi-guaraní, y desde donde se movió a otros países del continente americano).

Para los pueblos precolombinos, esta fragante fruta era parte de su vida diaria y del paisaje; la cultivaban cuidadosamente en hileras en sus jardines, conocían sus propiedades medicinales, preparaban vino y chicha y la usaban para acompañar a los muertos en su viaje a la eternidad. Cuando los europeos llegaron al Nuevo Mundo, los nativos la ofrecieron como símbolo de bienvenida y hospitalidad. En uno de los documentos de las crónicas de Gonzalo Fernández de Oviedo a los reyes de España, se encuentra este fragmento: “la piña es una de las mas hermosas fructas que yo he visto en todo el mundo que he andado. Da holgura a la vista, suavidad de olor, gusto de excelente sabor y entre todas las fructas la que mejor huele y que mejor sabor tiene.”

Detalle pintura Colon lleva piñas a los Reyes de España.
Detalle de pintura de Colon frente a los reyes de España después del primer viaje, muestra la entrega de piñas a los reyes.
Pintura de Ramon Puiggari (1820-1894)

Respecto al descubrimiento por parte de los españoles, ellos conocieron esta fruta alrededor de 1493 (segundo viaje de Cristóbal Colón), en la isla de Turuqueira, luego bautizada como Guadalupe; fue aquí presentada a los extranjeros por los nativos americanos como gesto de hospitalidad (Crestani et al. 2010); los lugareños le obsequiaron con una fruta deliciosa, jugosa y dulce como regalo de bienvenida. Lleno de entusiasmo, se llevó consigo una provisión de plantas de piña.

Los portugueses conocieron la piña en 1494, con el tratado de Tordesillas, y fueron los grandes responsables de que este fruto se conociera y sembrara en otras latitudes a partir de 1502. Según Leal et al. (2018)2, la introducción a otros países fue relativamente rápida; se ha reportado en las Islas Santa Helena (1505), Filipinas (1558), China (1594) Java (1599), Nepal (1601), África (1655) y Taiwan (1660).

Sin embargo, no fue hasta principios del siglo XVIII que estas frutas tropicales se cultivaron con éxito en los invernaderos de Europa. En un trabajo publicado en 1798 por unos de los botánicos más importantes del Siglo de las Luces, el Abate Rozier que llevaba por título ‘Del cultivo de las ananas‘, se relata la llegada de dicha fruta a Europa: «Los Olandeses fueron los que comenzaron á cultivarlas á principios de este siglo (se refiere a principios del siglo XVIII), y en Leyden se vieron las primeras plantas, cuya semilla trajo de las Antillas el agricultor Le Court, que no perdonó cuidado ni gasto para conservar y perfeccionar su cultivo; á él se le deben las primeras nociones, y él mismo fue quien introdujo este precioso fruto en Alemania, Francia, Inglaterra, y en todo el resto del norte de Europa.”

En la actualidad está distribuida y en todos los continentes excepto Europa. Los principales países productores son Brasil, Tailandia, Filipinas, Costa Rica, China, India, Indonesia, Nigeria y México.

Tal fue la pasión que floreció por la piña entre los ingleses, que comenzaron a surgir especialistas dedicados exclusivamente al cultivo en invernaderos. Para mantener las altas temperaturas tropicales en estos jardines interiores, tenían que mantener estufas de carbón prendidas, lo cual era muy costoso y solo la aristocracia podía financiar. Todos los saberes hasta ese momento fueron publicados por el jardinero John Giles en 1767 en un tratado sobre el cultivo de la piña.

Castillo de Lord Dunmore, en Stirling, Escocia Central.
Castillo de Lord Dunmore, en Stirling, Escocia Central.
Fuente: Wikimedia

Ya en el 1670, el rey Carlos II de Inglaterra dio un flamante banquete al ministro francés Colbert y lo deslumbró con piñas sembradas en sus invernadero reales. De pronto, la presencia de las piñas en los banquetes reales desató una moda hortícola: la piña representaba la quintaesencia de la finura, perfección, exquisitez y el símbolo de exclusividad de la hospitalidad de la aristocracia; a tal punto que emergió una industria nueva: arrendamiento de piñas en macetas para alquilar y decorar los banquetes de los nobles. Gracias a su corona de hojas, fue llamada también “reina de las frutas”. Pronto, artistas, arquitectos y artesanos comenzaron a reproducir la piña en sus obras. Como es el caso de la cúpula del castillo de Lord Dunmore, en Stirling, Escocia Central, el cual fue convertido en un gran vivero bajo techo. Y el caso de Agneta Block, una coleccionista de arte holandesa del siglo XVII, quien fue la primera persona en cultivar piñas en el interior de una casa. Tras la muerte de su primer esposo, Block compró una casa de campo. En el jardín interior de la propiedad, sembró piñas junto a otras plantas exóticas. A través de sus conexiones hortícolas, adquirió hojas de la base de una piña que crecía en el Jardín Hortícola de Leiden, las cultivó en uno de sus invernaderos y logró fructificarlas en 1688. Esta hazaña tan fenomenal hizo que la piña tropical indígena de América del Sur se convirtiera en su emblema personal. Años más tarde, el pintor Jan Weenix retrató a Agneta, su esposo e hijos junto a una piña, todavía unida a su tallo y hojas. La pintura puede apreciarse en la colección del Museo de Ámsterdam.

Agneta Block y familia por el pintor Jan Weenix.
Agneta Block y familia por el pintor Jan Weenix. Una piña puede verse en el lado izquierdo de la pintura.
Fuente: Wikimedia

El cultivo de la piña se extendió y con el paso del tiempo se hizo muy técnico. Surgieron los híbridos que procuraban menos o ninguna semilla y moderaban el grado de acidez, entre otras cualidades. Ya para 1903, el bostoniano John Dole establece en Hawaii las siembras comerciales de piña basada en estos híbridos nuevos.

Usos de la piña

Para los pueblos originarios de Sur America, esta fruta es parte de la vida diaria, del paisaje y los jardines; conocían sus propiedades medicinales, preparaban vino, chicha y acompañaba a los muertos en su viaje a la eternidad. Un recetario indígena del Alto Perú, de 1699, recogió los usos medicinales de esta fruta, todos hoy comprobados por la farmacopea moderna.

El uso de la piña fue muy variado por parte de los indígenas americanos, por ejemplo, se usaba para curar ciertas enfermedades (corrección de desórdenes estomacales) (Collins, 1949)3, se tomaba como refresco, como bebida alcohólica o para la guerra donde se empleaba el jugo en fase de descomposición como veneno contra los enemigos. También, era un símbolo de amistad, para ello el fruto era colgado en las entradas de las casas para indicar que ese lugar podía ser visitado (Crestani et al. 2010).

Además de ser fruta y bebida, en Filipinas, transformaron las largas y espinosas hojas en fibra textil para producir una tela fina y delicada. Las hábiles mujeres de las islas Bisayas (Filipinas) convirtieron las espinosas hojas de las piñas en telas de tal finura y delicadeza que se comparaba con la muselina. Este fue un negocio exitoso en los siglos XVIII y XIX que continúa ejerciéndose en Japón.

A partir de 1903, el bostoniano John Dole inició el millonario proyecto de piñas enlatadas en Hawaii.

Propiedades de la Piña

La piña es una de las frutas más apreciadas, por sus cualidades de sabor, textura y aroma sin dejar de mencionar sus valiosas propiedades nutritivas y curativas. Aparte de su dulzura, la piña es abundante en potasio, yodo y vitaminas A, B y C. Contiene un 85% de agua, hidratos de carbono y fibra, y provee grandes beneficios nutricionales y de salud.

(NOTA: la autora no receta; sólo divulga la información diponible. Por supuesto cada decisión de consumir un producto, debe ser consultado antes y bajo la responsabilidad individual).

  1. Es excelente para las dietas adelgazantes.

Impide la agregación plaquetaria, con lo cual evita que la sangre se coagule y, de esa manera, previene las embolias y los infartos del corazón. Entre sus muchos aportes, la piña está recomendada en el tratamiento de padecimientos tales como:

  • Retención de líquidos (actúa como diurético).
  • Propiedades coagulantes: Puede favorecer la circulación sanguínea, gracias a que posee una enzima llamada bromelina. Existe evidencia de que esta enzima sería capaz de promover selectivamente la degradación natural de coágulos de sangre, sin causar hemorragias, en sujetos que presentan bloqueos en los vasos sanguíneos.
  • Propiedades antioxidantes: Es rica en vitamina C y otros minerales como calcio y fósforo que ofrece al cuerpo una protección excelente contra los radicales libres, sustancias dañinas que atacan las estructuras celulares.
  • Problemas de tránsito intestinal y estreñimiento (por su gran poder laxante).
  • Hipertensión, colesterol y anemia:
  • Disminuye el colesterol
  • Varios ensayos clínicos vincularon el consumo de fibra dietética con una disminución del colesterol en la sangre, que a su vez reduce el riesgo de enfermedades del corazón. La piña es un alimento rico en este tipo de fibra, por lo que, además de ayudar a eliminar residuos y toxinas del organismo, permite captar y expulsar el exceso de colesterol “malo”.
  • Intoxicaciones (funciona como depurador).
  • Trastornos del sistema inmunológico (refuerza en la disminución de defensas y ayuda a la formación de glóbulos rojos y blancos).
  • Problemas degenerativos y cardiovasculares
  • Mala circulación sanguínea
  • Obesidad
  • Problemas en el crecimiento óseo, tejidos y sistema nervioso en los niños.

La enzima bromelina, presente en la piña, facilita la digestión de las proteínas, que beneficia a personas que sufren de indigestión, gases o acidez.  Esta enzima incide de forma positiva en la digestión al permitir la descomposición de las proteínas, gracias al aumento en la producción de jugos gástricos.  Tiene un efecto anticelulítico por la acción estimulante de la micro-circulación. Por ello es un arma contra la celulitis, capaz de fragmentar las proteínas y separar los tejidos celulíticos, favoreciendo la eliminación de las grasas.

  1. Fuente de fibra

Es una excelente fuente de fibra dietética. El consumo de la fibra disminuye el riesgo de desarrollar cáncer de colon, también si se padece estreñimiento, gracias a su alto contenido en fibra, puede ayudar a mejorar el tránsito intestinal. La piña es un buen alimento para introducir en dietas para perder peso, ya que tiene muy pocas calorías.

  1. Rica en vitaminas

Es una fuente alta en vitaminas y minerales como el magnesio, que ayuda a fortalecer los huesos. Además reduce el riesgo de gingivitis, ya que es un antinflamatorio natural. Debido a su alto contenido de de agua, la piña puede ayudarnos a mantener un buen equilibrio hídrico en nuestro organismo.

  1. Para la buena circulación

La piña es beneficiosa para la circulación, pues esta fruta posee propiedades anti coagulantes, que además permiten combatir problemas como la hipertensión. También protege las defensas, debido a que la piña, es fuente de ácido fólico, vitamina esencial para fortalecer el sistema inmunológico.

  1. Antinflamatorio potente

Es el alimento ideal para los que practican deporte, pues la piña contiene propiedades anti inflamatorias que pueden ayudar a combatir el dolor muscular de los atletas.

Contiene, en en menor cantidad:

  • Manganeso, que contribuye de manera favorable a fortalecer el sistema inmunológico y los huesos.
  • También contiene otros minerales importantes para el organismo, como potasio, hierro, magnesio, zinc y yodo, que juntos tienen una acción antioxidante ya ayudan a retrasar los signos de envejecimiento.

Composición nutricional por 100 gramos

ComposiciónCantidadCDR (%)*
Kcalorías (kcal)50.762.7%
Carbohidratos (g)10.43.3%
Proteínas (g)0.440.9%
Fibra (g)1.96.3%
Grasas (g)0.40.8%
Minerales (mg)
   Sodio2.10.1%
   Calcio14.51.2%
   Hierro0.415.1%
   Magnesio00%
   Fósforo101.4%
   Potasio1758.8%
* Porcentaje de la cantidad diaria recomendada

En definitiva, la piña es una fruta que debería incluirse en toda dieta saludable y que ofrece muchas posibilidades, ya que puede combinarse en postres, dulces o platos salados. Sin embargo, para apreciar mejor su sabor entre dulce y ácido y aprovechar sus beneficios al máximo, se recomienda comerla en su estado natural.

Hoy, cada vez que saboreamos la piña, en cualquiera de sus formas, estamos saboreando uno de los frutos más exquisitos de nuestro patrimonio natural americano. Así que cuando saboree una piña, deguste a su vez la fascinante historia que la acompaña: ¡buen provecho!

Referencias

  1. Crestani et al. (2010).
  2. Leal et al. (2018).
  3. Collins (1949).

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