Península de Samaná
La península de Samaná está situada en el extremo noreste de la República Dominicana, entre la Bahía de Samaná y la Bahía Escocesa. Se extiende en una dirección oeste-este a lo largo de 58 km. La anchura es variable: la mínima es de 7.5 km desde Sánchez hacia el norte y la mayor de 18.5 km desde Los Cacaos en el sur, hasta Las Tres Puntas al norte.
Casi toda el área de la Península de Samaná se encuentra ocupada por montañas relativamente bajas y escabrosas. Las montañas en la extremidad occidental de la península están separadas de la Cordillera Septentrional por una extensión de terreno llano, cenagoso, que se denomina El Gran Estero, que en un tiempo estuvo cubierto por el mar, es decir, cuando la península de Samaná era una isla. En la actualidad, dicho estrecho ha llegado a cerrarse por completo por los depósitos del río Yuna. Como quiera que la península se muestra como una isla en algunos de los mapas de los tiempos primitivos, es probable que el mar continuara ocupando esta área hasta el primer período histórico.
Las montañas de la expresada península se componen de tres sierras paralelas, siendo la central la de mayor altitud. Al conjunto de estas tres sierras se le conoce con el nombre de Sierra de Samaná, la cual está formada en ambos extremos por materiales calizos y al centro por esquistos. Presenta en la parte sur, desde Sánchez hasta las proximidades de Samaná, una angosta faja costera que asume rápidamente pendientes pronunciadas y que se corta por el macizo montañoso. En el extremo norte se forman algunos valles costeros, siendo el más importante el Valle de Guázuma. En el extremo oriental presenta una importante zona de terrenos con topografía llana a ondulada y suelos de textura ligera. En las pendientes de la porción suroeste, que corresponden a materiales coluviales del macizo cásico, prospera el cocotero, cuya explotación ha caracterizado la actividad agrícola de esta parte del país.
Las montañas más altas de la Sierra de Samaná son La Meseta o Monte Mesa, con 605 m sobre el nivel del mar; Loma Pilón de Azúcar, con 530 m, y Las Cañitas, con 546 m.
Esta península es una de las zonas con mayor precipitación del país, con una pluviometría anual de 2,000 a 2,500 mm, con un promedio de 222 días de lluvia al año. Esto se debe a los vientos alisios que soplan del nordeste.
La temperatura es bastante elevada, con un promedio de más de 26° C, llegando en los meses de julio, agosto y septiembre hasta 29° C.
Los suelos son, en general, muy poco profundos y con topografía muy alomada; su uso está limitado al forestal. Sin embargo, al este de la península, hay áreas de suelos friables, profundos y calcáreos que se pueden usar agrícolamente con ventaja. En el borde costero sur, de Sánchez a Samaná, existe una faja de suelos rojos y pardos con topografía ondulada en la que se desarrolla una agricultura precaria aunque, con técnicas adecuadas, se podría obtener mejores resultados. En la parte alta de las montañas existen zonas llanas donde se han desarrollado suelos a expensas de materiales arcillosos ácidos, depositados en condiciones de laguna. En el pasado, estos suelos de textura ligera han sido utilizados con relativo éxito para la plantación de caucho.
En el borde costero norte de la península se han formado valles, como los de los ríos San Juan y Limón, en los que se presentan suelos de textura mediana y mal drenaje. En este mismo borde costero es donde se han formado las principales playas costeras, como efecto de la continua deposición marina. Las más improtantes están situadas en el extremo oriental, en Jackson; también son de extensión apreciable las situadas en Punta El Estillero, Boca del Río Limón, Playa de las Canas, Punta de San Juan y Punta Frillet.
En la penísula hay numerosos arroyos y ríos, aunque poco caudalosos y de corto recorrido. La mayoría desemboca en la vertiente sur (por ejemplo, Santa Capuza, río Majagual, Los Róbalos, Pueblo Viejo, etc.), pero los de mayor importancia por su longitud y caudal desembocan en la vertiente norte (río Limón, Cantón, San Juan, El Cossón y Balatá, por ejemplo).
En esta región, se encuentra tres tipos de zonas de vida, siendo las principales Bosque Muy Húmedo Subtropical (Bmh-S), que se encuentra en las partes altas de las montañas, y el Bosque Húmedo Subtropical (Bh-S), localizado desde la costa hasta alrededor de una altitud de 400 metros sobre el nivel del mar. La tercera zona de vida, el Bosque Seco Subtropical (Bs-S), se encuentra en El Faro de Cabo Samaná.
Hay que señalar que los bosques nativos han sido sustituidos, casi en su totalidad, por cultivos permanentes, como coco, caucho, café y cacao; o bien por cultivos temporeros, como yautía, ñame y yuca.
Las ciudades principales en la península son Santa Bárbara de Samaná y Sánchez.
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