Arte colonial Hispaniola

Arte colonial temprano de la Hispaniola – Una introducción

Por Jennifer Baez

La Virgen de Cristóbal Colón, autor anónimo,
La Virgen de Cristóbal Colón, autor anónimo, pintura al óleo.Primera midad delsiglo XVI. 52×48 cm
Fuente: Museo Lázaro Galdiano, Madrid.

En el Museo Lázaro Galdiano de Madrid, un pequeño cuadro muestra a San Cristóbal presentando a Cristóbal Colón a la Virgen María y al Niño Jesús. Colón viste un chaleco trenzado de oro con el lema heráldico español de “Plus Ultra” (“Más allá”, una frase en latín y el lema nacional de España) sobre una armadura1. La Basílica Catedral Santa María la Menor de Santo Domingo, reconocible por su portada de doble arco, domina el fondo.

Detalles de los ángeles con la insignia del Orden de los Dominicos de la figura anterior.

Dos ángeles flotan sobre la Virgen y llevan la insignia de la Orden de los Dominicos, recordando el nombre de la ciudad, Santo Domingo, la capital de la isla caribeña que Colón llamó La Española (eventualmente Hispaniola), llamada en honor a España, que había financiado a Colón, y que los taínos llamaron Ayiti o Kiskeya. Hoy la isla contiene dos naciones, República Dominicana y Haití.

La asociación de Santo Domingo con la orden de los dominicos se relaciona con la fundación de la ciudad en la orilla oriental del río Ozama (por el hermano de Colón, Bartolomé) en la fiesta de Santo Domingo de Guzmán, quien fundó la Orden de los Dominicos en 1216. El día, coincidentemente, era Domingo y el nombre del padre de Colón era Domenico (Domingo, en italiano) – sellando la elección del nombre de la ciudad.

Detalle de la figura en la parte trasera del cuadro anterior.

Una figura en el fondo de la pintura puede parecerle fuera de lugar porque está vestida con turbante y túnica. Sin embargo, esta vestimenta “morisca” no era infrecuente en España, especialmente porque los musulmanes habían controlado la mayor parte de la península Ibérica (hoy España y Portugal) durante cientos de años. Lo que es menos conocido es que los moros negros esclavizados (habitantes musulmanes de Iberia) habían estado en La Española desde al menos 1550 a pesar de una prohibición real. Una carta (fechada en 1550) de los oficiales de Santo Domingo a la corona pide al rey que exima a los (por lo menos) 100 moros esclavizados de La Española de la prohibición real de 1543 porque realizaban diversos oficios2. Bajo la atenta mirada de esta figura con turbante, Colón entrega su yelmo, guanteletes y lanza a los pies de la Virgen, ofreciéndole la primera ciudad cristiana de América.

Esta pintura revela el interés de los primeros europeos en retratar el llamado “Nuevo Mundo” (muchas gentes no pudieron viajar a las Américas, pero querían ver cómo era). La figura con turbante también se muestra como un recordatorio para los espectadores peninsulares (o personas que viven en la Península Ibérica) de las amenazas al dominio cristiano. El último bastión musulmán en la Península Ibérica solo cayó en manos de los Reyes Católicos españoles en 1492, seguido de la expulsión de musulmanes y judíos que se negaron a convertirse al cristianismo. En la pintura, la figura con turbante proporciona una justificación para la colonización de América.

Hamaca en la crónica de Gonzalo Fernández de Oviedo, Sobre la Historia Natural de las Indias (Toledo: Ramon Petras, 1526), p. 34

Es posible que el pintor de la pintura anterior trabajara en Sevilla como parte de la gran industria pictórica dedicada a producir imágenes religiosas (especialmente de la Virgen María) para ayudar en la conversión en las Américas. El artista no habría visto Santo Domingo de primera mano, pero lo conoció a través de imágenes o relatos escritos. Una carta que envió Colón anunciando la noticia del “descubrimiento” incluía, en sus diferentes ediciones por toda Europa, varios grabados que representaban a América y sus habitantes. La Historia natural y general de las Indias del cronista real Gonzalo Fernández de Oviedo también presentó a los europeos la fauna, la flora y los pueblos de La Española, que él había observado en persona. Su libro incluyó las primeras ilustraciones de la piña, la hamaca, la barbacoa y el tabaco.

Un plan para la colonización

La invasión y colonización europea de las Américas se inició en 1492 desde La Española. Durante dieciséis años, La Española fue la única colonia activa de España en el hemisferio, por lo que las lecciones aprendidas en la isla fueron una parte importante del manual de estrategias para colonizar otras partes de las Américas. En 1493, Colón y su tripulación llegaron después del segundo viaje listos para establecer un puesto comercial al estilo de las feitorias portuguesas (factorías), que eran casas comerciales fortificadas y costeras que los portugueses establecieron en África occidental para monopolizar el comercio de oro y esclavos. Sirvieron como depósitos y agencias de aduanas que median el intercambio entre las redes comerciales locales y los monarcas europeos. El segundo viaje también trajo misioneros franciscanos que iniciarían el proceso de conversión; para el año 1500 habían bautizado a 3,000 indígenas.

Casa de Colón, La Isabela, República Dominicana
Restos de la Casa de Colón en el Parque Nacional Histórico y Arqueológico de La Isabela. A la derecha una reconstrucción de La Isabela con la Casa de Colón marcada con un flecha azul.
Fuente: Mario Roberto Durán Ortiz, CC BY-SA 4.0

La Isabela, el primer asentamiento europeo de América, fue fundada el 6 de enero de 1494 en la actual provincia de Puerto Plata (en el norte de La Española), después de la celebración de una misa durante la cual los amerindios vieron por primera vez una escultura de la Virgen María en el contexto de liturgia católica. El experimento en La Isabela fracasó después de cuatro años porque el asentamiento de hombres sufrió hambre, ausencias de Colón que se fue a explorar Cuba, resistencia indígena y un motín liderado por el ex sirviente de Colón, Francisco Roldán.

 mapa de Santo Domingo muestra el plano cuadriculado de la ciudad. 1585–6
Un mapa de Santo Domingo muestra el plano cuadriculado de la ciudad. La catedral es el gran edificio en el centro de la cuadrícula. Giovanni Battista Boazio, Vista de Santo Domingo, 1589, grabado pintado a mano, de Mapa y vistas que ilustran el viaje de Sir Francis Drake a las Indias Occidentales, 1585–6, publicado en Leiden (Colección Jay I. Kislak División de libros raros y colecciones especiales, Biblioteca del Congreso)

Antes del fracaso de La Isabela, la monarquía española había ordenado el cambio del estado del sitio de puesto comercial a una empresa totalmente imperial en un movimiento para centralizar el poder3. Este cambio nos dice que los monarcas españoles deseaban expandir su imperio. Con una empresa imperial en los planes, el gobernador de las Indias Nicolás de Ovando llegó a la isla con 2,500 colonos y fundó la actual ciudad de Santo Domingo en 1502 después de trasladarlo a la ribera occidental del río Ozama. Desarrolló la ciudad utilizando una cuadrícula rectilínea conocida como traza, que ancló la iglesia, las residencias de élite y los edificios gubernamentales alrededor de una plaza principal, con calles que se unen en ángulos rectos. Esta organización tenía varias ventajas, incluida la vigilancia periférica e interna, y posibilidades de expansión. Con sus proporciones ideales, la traza simboliza la civilidad y el orden idealizados de la Roma clásica. La obra del antiguo arquitecto romano Vitruvio experimentó un resurgimiento en la Europa del siglo XV, y los españoles reprodujeron este lenguaje arquitectónico clásico en sus propias empresas imperiales. Antes de América, implementaron el modelo de cuadrícula para subyugar las Islas Canarias, así como en el campamento militar de Santa Fe de Granada en vísperas de la batalla final para recuperar España del control musulmán. Otra fuente de planificación urbana en la América española temprana fue la visión del profeta Ezequiel de la Jerusalén celestial, que ofreció a la corona española la oportunidad de promover a Santo Domingo como la ciudad celestial, elevando así su estatura política y religiosa.

Catedral de Santa María la Menor, Santo Domingo, 1519–1541
Catedral de Santa María la Menor, Santo Domingo, 1519–1541.
Foto: Martin Falbisoner, CC BY-SA 4.0

La Catedral Basílica de Santo Domingo fue importante para el desarrollo urbano temprano en Santo Domingo: fue el centro de vida de la ciudad. La construcción de la Catedral comenzó en 1514 (posiblemente 1523) y terminó en la década de 1540, mucho después de que los residentes de la ciudad comenzaran a emigrar a territorios recién conquistados. La fachada de piedra caliza de coral presentaba un frontón y un pórtico (elementos tomados de la arquitectura clásica), y exhibía de manera prominente el escudo del emperador Carlos V de Habsburgo. Tabernáculos ornamentados, flanqueando la entrada de doble arco, albergan estatuas de los apóstoles, evocando la misión evangelizadora del imperio español. Este lenguaje clasicista encaja con otros elementos urbanos de la ciudad, como la traza (la estructura de cuadrícula).

Virgen de la Antigua en la Catedral de Santo Domingo

Las primeras obras de arte colonial que se encuentran dentro de la Catedral hablan de los cruces transatlánticos de imágenes y devociones religiosas populares ibéricas. En su libro, Oviedo, el cronista real, escribe:

Una gran imagen de Nuestra Señora de Antigua, hoy en la iglesia principal de esta ciudad en el altar junto a la sacristía, copiada de la imagen de Antigua en la iglesia principal de Sevilla.4

Según Oviedo, el cuadro fue colocado en la Catedral de Santo Domingo en 1523 después de que el capitán Francisco Vara (de Sevilla) lo encontrara flotando en el océano Caribe, el único objeto recuperado del naufragio de su embarcación.

Virgen Nuestra Señora de la Antigua con dos donantes desconocidos, izquierda; Virgen de la Antigua con Isabel y Fernando, derecha
Izquierda: Pintura del lado izquierdo de la entrada principal: Virgen Nuestra Señora de la Antigua con dos donantes desconocidos, óleo sobre tabla, 275 cm x 174 cm, 1520-1523, Basílica Catedral Santa María la Menor, Santo Domingo; derecha: cuadro similar con Fernando e Isabel, Virgen de la Antigua con Isabel y Fernando, fecha desconocida, presbiterio de la Basílica Catedral Santa María la Menor, Santo Domingo.
Foto izquierda Li Tsin Soon,; derecha Tyler Black., CC BY-NC-ND 2.0)

Es probable que esta pintura sea una de las que hoy cuelga en la Catedral de Santo Domingo, que se muestra en el lado izquierdo de la entrada principal. Presenta a una Virgen de pie, que lleva al niño Jesús con su brazo izquierdo y una flor en su mano derecha. Dos ángeles se ciernen sobre su cabeza sosteniendo su corona, y dos donantes no identificados aparecen debajo5. Diagonalmente frente a este cuadro, en el lado derecho del presbiterio, se puede ver otro cuadro de la Virgen de la Antigua con iconografía similar, excepto que los donantes representados en el segmento inferior son los reyes españoles Fernando e Isabel6.

La Virgen de la Antigua era una forma popular de la Virgen María en España, y circularon historias de su intervención milagrosa en nombre de los reinos cristianos durante la Reconquista. En una de las batallas decisivas del siglo XIII, la imagen de la Virgen de la Antigua supuestamente apareció en una visión a Fernando III de Castilla como un mural dentro de una mezquita en Sevilla, señalando una inminente victoria contra las fuerzas musulmanas. Su imagen eventualmente viajó a las Américas como parte de la expansión colonial de Europa en el siglo XVI. Devoción a ella inspiró ofrendas agradeciendo o pidiendo a la Virgen un pasaje seguro, como vemos hoy en las dos pinturas de la Catedral. Los devotos también visitaron la imagen en la catedral para implorar su protección contra tormentas y catástrofes mientras la gente se enfrentaba a la imprevisibilidad de la naturaleza.

En este período temprano, se produjo una gran cantidad de arte en España para su envío a La Española. Gran parte de ella era religiosa, hecha con fines litúrgicos y devocionales cristianos. Aún así, también habría habido retratos seculares, suntuosos textiles y otros objetos móviles (como muebles) que marcaron la posición social del propietario. Si bien los pintores comerciales de Sevilla produjeron muchas de las obras que llegaron durante el período colonial temprano, algunas fueron realizadas por artistas más destacados y sus talleres, como Alejo Fernández y Juan Martínez Montañes. Lamentablemente, gran parte de este arte temprano ya no sobrevive. Los propietarios emigraron con su arte, las tormentas destruyeron el trabajo y el saqueo de Santo Domingo por Francis Drake en 1586 también llevó a la desaparición de algunas obras de arte colonial temprano.

Recepción de Imágenes

El arte que llegó a La Española a bordo de las primeras flotas españolas obligó a un ajuste de cuentas entre culturas que no entendían ni usaban las imágenes de la misma manera. En un encuentro infame, los taínos agarraron una imagen de la Virgen de un oratorio, la enterraron en un campo y orinaron sobre ella. Al ver el incidente como un insulto, el hermano de Colón ordenó quemar vivos a los nativos. El fraile jerónimo catalán Ramón Pané relata esta historia en la apertura de su informe etnográfico, Un relato de las antigüedades de las Indias (terminado en 1498), para sugerir la idolatría taína7. Para los taínos, sin embargo, la imagen venerada podía fertilizar el suelo como un zemi (esculturas de madera, piedra o arcilla, que albergaban deidades o seres ancestrales). La historiadora del arte Amara Solari sugiere que los taínos creían que el ícono mariano encarnaba cualidades numinosas (sobrenaturales o sagradas) previas al contacto, lo que les permitía trasponer el zemi y el ícono cristiano.

Falsos inicios como estos, la persecución de la llamada idolatría, y el casi genocidio de los taínos en los primeros cincuenta años de la llegada de los europeos (por enfermedades y prácticas laborales crueles), condenaron el desarrollo potencial de la estética transcultural (la fusión de elementos culturales en una iteración completamente nueva) durante el período colonial temprano. Aún así, un zemi sobreviviente (llamado zemi de Pigorini) insinúa las formas en que las diferentes culturas y sistemas visuales convergieron durante la era colonial temprana. Su mezcla de cuerno de rinoceronte africano y cuentas de vidrio europeas demuestran las diferentes culturas, prácticas artísticas y materiales que se reunieron en La Española.

Cemí de Pigorini
Cemí de Pigorini. Medias de carbono radioactivo lo ponen alrededor de 1492-1525 E.C. Hecho con cuerno de rinoceronte, algodón. conchas, cuentas de vidrio, espejos, oro, fibras vegetales, pigmentos, resina sore una base de madera. (Museo Nazionale Prehistorico ed Etnografico “Luigi Pigorini”. Rome, Italy)
Foto: Lorenzo Demasi)
Diego de Valadés, “Fraile Predicando a los Nativos Convertidos,” 1579, grabado en cobre, dentro de Rhetorica Christiana ad concionandi et orandi usum accommodate […] ex Indorum maximè deprompta sunt historiis. Perugia: Petrus Jacobus Petrutius, 1579.

El endoctrinamiento político, religioso y social a través de imágenes cristianas fue una estrategia usada por conquistadores y clérigos desde los primeros días del contacto con los nativos de América. Debido a las barreras del idioma, las imágenes se convirtieron en importantes ayudas didácticas en la empresa misionera de España. Un grabado de Diego de Valadés en Rhetorica Christiana (Retórica cristiana) muestra a un fraile franciscano en la Nueva España predicando en un púlpito a una multitud de nativos. Señala los lienzos (telas pintadas) con una vara mostrando cómo las imágenes fueron útiles para la conversión religiosa.

El material arqueológico nos ayuda a entender el uso de imágenes y espacios para instrucción y conversión religiosa en La Española. Un fragmento de una pequeña escultura de madera de Cristo hallada en la Cueva de San Rafael en Santo Domingo es un tipo de utilería religiosa empleada en este intercambio. Las capillas u oratorios privados (pequeñas capillas para el culto privado) en las fincas de los encomenderos también podrían haber funcionado como sitios de conversión temprana después de que las Leyes de Burgos de 1512 ordenaran que los españoles construyeran iglesias dentro de sus haciendas y exhibieran imágenes para instruir a los taínos.

Fragmento de una figura de Cristo,
Fragmento de una figura de Cristo, siglo XVI. Tallado en lignum vitae, encontrado en la Cueva de San Rafael, Santo Domingo, República Dominicana (Colección Jay I.Kislak, División de Libros Raros y Colecciones Especiales, Biblioteca del Congreso; foto © Justin Kerr, Kerr Associates)

La Española fue el primer punto de contacto a largo plazo entre las culturas de Europa, América y África. La cultura visual y material, como las pinturas de los milagros marianos, ayudó a las personas a reivindicar sus reivindicaciones territoriales y de identidad. Se necesita más investigación para sacar a la luz la producción y recepción de arte por parte de amerindios, africanos y pueblos de raza mixta, así como para iluminar completamente las implicaciones del papel de la Hispaniola en los esquemas coloniales posteriores.

Notas:

  1. Emilio Rodríguez Demorizi. España y los comienzos del arte y la escultura en América (Santo Domingo: Gráficas Reunidas, 1966), págs. 95-96.
  2. José Antonio Saco. Historia de la esclavitud de la raza africana en el nuevo mundo y en especial en los países américo-hispanos. Habana: Cultural, 1938. Vol. I, págs. 305-306.
  3. Pauline Kulstad-González. Hispaniola: Home of Hell? Descolonizando grandes narrativas sobre interacciones interculturales en Concepción de la Vega (1494-1564) (Sidestonepress, 2020).
  4. Oviedo. Historia de las Indias, Madrid, 1855, Vol I, 426.
  5. La pintura está fechada en c. 1520-1523 por el historiador de arte dominicano Danilo de los Santos, en Memoria de la pintura Dominicana: Raíces e impulso nacional, vol. 1 2000 AC 1924 (Santo Domingo: Grupo E. León Jiménez, 2003), 100. Santos, citando al Marqués de Lozoya (en Demorizi, España y los comienzos del arte, 1966, p. 9) escribe que esta es la versión más antigua de La Antigua en el país. Santos asocia este cuadro con la historia de Oviedo sobre un cuadro de La Antigua que sobrevivió a un naufragio. Demorizi, sin embargo, fecha la pintura en 1500, p. 50.
  6. Demorizi fecha este cuadro en 1520. Ver Demorizi, España y los comienzos del arte, 101. Además, según una publicación de la Fundación de la Zona Colonial, este es el panel que según Oviedo fue rescatado de un naufragio, y fue traído a Santo Domingo en 1527. Ver Arte Sacro Colonial en Santo Domingo (Santo Domingo: Amigo del Hogar, 2002), págs. 38 y 16 [No se ofrecen fuentes].
  7. Ramón Pané. Relación acerca de las antigüedades de los indios, 53–54. Como se ve en Gruzinski, Images at War, nota al pie 24.

Recursos adicionales

  • El Proyecto Oviedo en Vassar
  • Obtenga más información sobre el legado de la Reconquista en América Latina y el desembarco de Colón y la eliminación de la resistencia nativa de viajes inquietantes
  • Alemar, L. La Catedral de Santo Domingo: Descripción Histórico-Artístico Arqueológica de Este Portentoso Templo, Primada de Las Indias. Barcelona, ​​España: Casa Editorial Araluce, 1933.
  • Brown, J. “España en la era de la exploración: encrucijada de culturas artísticas”. En Circa 1492: El arte en la era de la exploración, ed. J. Levenson, 41–43. Washington DC: Galería Nacional de Arte y New Haven, CT: Yale University Press, 1991.
  • Conley, Tom. “De Bry’s Las Casas”. En Imágenes amerindias y el legado de Colón. R. Jara, N. Spadaccini, eds. Minneapolis y Londres: University of Minnesota Press, 1992.
  • Deagan, Kathleen A. y Jose Maria Cruxent. Archaeology at La Isabela: America’s First European Town. New Haven: Yale University Press, 2002, consultado el 5 de julio de 2020.
  • De los Santos, Danilo. Memoria de la pintura dominicana. Santo Domingo: Grupo E. León Jimenez, 2005.
  • Fernández de Oviedo y Valdes, Gonzalo. Historia general y natural de las Indias. Madrid: Real Academia de la Historia, 1851.
  • Gaudio, Michael. Engraving the Savage: The New World and Techniques of Civilization (Minneapolis: University of Minnesota Press, 2008)
  • Guitar, L. 2006. “Boiling it Down: Slavery on the First Commercial Sugarcane Ingenios in the Americas (Hispaniola, 1530-1545)”. En Slaves, Subjects, and Subversives: Blacks in Colonial Latin America,, eds. J. Landers y B. Robinson, 39–82. Albuquerque, NM: University of New Mexico Press. 
  • Gruzinski, Serge, Images at War: Mexico from Columbus to Blade Runner (1492-2019), transl. Heather McLean. Durham: Duke University Press, 2001.
  • Kagan, Richard. Urban Images of the Hispanic World 1493-1793. New Haven, Londres: Yale University Press, 2000.
  • Kulstad-González, Pauline M. Hispaniola: Home or Hell? Decolonizing Grand Narratives about Intercultural Interactions at Concepción de la Vega (1494-1564). Sidestone Press Dissertations, 2020.
  • Matthew, Restall y Lane, Kris. Latin America in Colonial Times. Cambridge: Cambridge University Press, 2018. 
  • Niell, Paul. Caribbean Art and Architecture under Spanish Colonial Rule (1492-1898). Oxford Art Online, 2018. Accessed as of August 8, 2020, https://doi-org.proxy.lib.fsu.edu/10.1093/oao/9781884446054.013.2000000077
  • Niell, Paul.“The Late Gothic,” Postmedieval: a journal of medieval cultural studies (2015) 6, 243–257. doi:10.1057/pmed.2015.23 
  • Ostapkowicz, Joanna, Fiona Brock, Alex C. Wiedenhoeft, Rick Schulting & Donatella Saviola, “Integrating the Old World into the New: an “Idol from the West Indies”. Bajado de from https://www.cambridge.org/core. IP address: 90.202.6.114, on 21 Sep 2017 at 15:42:31, subject to the Cambridge Core terms of use, available at https://www.cambridge.org/core/terms. https://doi.org/10.15184/aqy.2017.151
  • Otte, Enrique. “La flota de Diego Colón. Españoles y genoveses en el comercio trasatlántico de 1509 ”, Revista de Indias, Madrid, 1964, No. 97-98, 475.
  • Palm, E. 1945–1946. Plateresque and Renaissance Monuments on the Island of Hispaniola. Journal of the Society of Architectural Historians 5: 1–14. 
  • Palm, E. 1944. Rodrigo de Liendo: Arquitecto en La Española. Ciudad Trujillo, República Dominicana: Editorial “La Nación”, de Luis Sánchez Andújar.
  • Rodríguez Demorizi, Emilio. España y los comienzos de la pintura y escultura en América. Santo Domingo: Gráficas Reunidas, 1966.
  • van Groesen, Michiel, “The de Bry Collection of Voyages (1590–1634): Early America reconsidered,” Journal of Early Modern History 12 (2008): 1–24.
  • Waldron, Lawrence. Pre-Columbian Art of the Caribbean. Gainesville: University of Florida Press, 2019.

Adaptado de Jennifer Baez, “Hispaniola’s early colonial art, an introduction ,” in Smarthistory, September 17, 2020, accessed August 21, 2021, https://smarthistory.org/hispaniola-intro/. Artículo original publicado bajo una licencia CC-BY-NC-SA v.4.0